¡Bienvenidos a nuestro blog para mexicanos! Aquí encontrarás mas de 900 calaveras literarias para festejar el Día de los Muertos. En esta ocasión, te mostraremos una selección de las mejores y más originales Calaveritas literarias chistosas que rimen.
Si estas buscando calaveritas específicas sobre otro tema, o en el caso de que necesites calaveras literarias personalizadas con nombres, visita la siguiente sección:
10 Calaveras literarias chistosas que rimen
Don Juan Descompuesto
Don Juan, mujeriego empedernido,
al panteón llegó un tanto abatido.
Tantas damas cortejó con gran pasión,
que en el más allá le dieron un toque de atención.
Doña Esperanza Espantada
Doña Esperanza, mujer angustiada,
en vida siempre estaba preocupada.
Hoy en la tumba descansa tranquila,
pues ya no le quedan facturas por pagar.
Pedro el Comilón
Pedro comía sin fin ni medida,
su apetito era cosa conocida.
En su tumba yace panza arriba,
descansando en paz, sin molestias digestivas.
La Tía Jacinta la Chismosa
Tía Jacinta hablaba sin parar,
chismes y rumores sin cesar.
Hoy en su tumba reina el silencio,
nadie escucha ya su eterno parloteo intenso.
El Abuelo Gamer
Abuelito jugón, siempre en su silla,
los videojuegos eran su maravilla.
Hoy compite en el más allá sin parar,
ganando a los espíritus en cada partida ejemplar.
Rosa la Dormilona
Rosa, en vida, amante del sueño,
dormía hasta tarde, sin más empeño.
Ahora en su tumba descansa serena,
sueña eternamente, ¡qué envidia tan buena!
Don Rodrigo el Olvidadizo
Don Rodrigo, un hombre distraído,
siempre perdía todo lo conseguido.
En su tumba, por fin,
encontró su lugar, pues olvidó incluso cómo se debía recordar.
La Chef Valentina
Valentina en la cocina era un desastre,
sus platillos eran difíciles de saborear.
En el más allá, prepara banquetes celestiales,
y hasta los ángeles dudan antes de probar.
El Barbero Silvestre
Silvestre el barbero, mano temblorosa,
cortaba pelos donde no debía, ¡vaya cosa!
En su tumba, sus tijeras están en reposo,
nadie teme ya un corte peligroso.
Señorita Ana Organizada
Ana vivía siempre en orden perfecto,
su obsesión por la limpieza era un hecho.
En la tumba, sus cosas están dispuestas con esmero,
¡incluso la muerte sigue su método certero!